martes, 6 de diciembre de 2016

Mercado laboral y mujer

El pasado 25 de Noviembre, se celebró el día internacional contra la violencia de género, más enfocado para la eliminación de la violencia contra las mujeres. 
En muchos lugares, se celebró este día para tomar consciencia de todos los maltratos de todo tipo que se producen a diario en contra de las mujeres. El ajuntamiento de Picasent, no quiso quedarse atrás y celebró este día tambien, organizando varias actividades, como películas, charlas, representaciones, etc., en la casa de la cultura, invitando a todos y todas aquellas que luchen por esta causa.



El día 28 de noviembre, tubo lugar en la casa de la cultura una charla impartida por Verónica García.  Enfocada a los problemas que tienen las mujeres en la actualidad a la hora de encontrar un trabajo. Esos micormachismos que impiden que la mujer tenga una igualdad de condiciones en comparación con su género opuesto.
Para introducir el tema principal del que se iba a hablar, era necesario remontarse muy pocos años atrás para ver como a ido, no evolucionando del todo, el papel de la mujer en el merado laboral. Para ello, se puso un pequeño fragmento de una película de la época titulada "Solo para hombres". La protagonista, una mujer que el objetivo que quiere conseguir es un puesto en el ministerio de trabajo. Mientras que quiere alcanzar ese puesto, los hombres que están a su alrededor, dicen comentarios como: Una mujer no puede escrbir sobres de forma seria, etc. Incluso las mujeres la tratan como a una loca.
Lo que hay que pensar es si este hecho a cambiado de forma radical en la actualidad. La respuesta es un no rotundo. Hoy en día, aunque por suerte no pasa de esta manera tan radical, hay muchas faltas que hay que corregir, sobre todo en el mundo laboral.
Algo que si que se ha logrado cambiar es que, a partir de los años 70, que es cuando la mujer empezaba a trabajar, una vez se casaba, ya tenía que dejar su puesto de trabajo para dedicarse única y exclusivamente a su marido. De una división de sexos, el matrimonio se convertía a una división jerárquica. Este hecho ocurría porque el marido era el que traía el dinero a casa y por lo tanto, sin él, la familia no se mantenía. El marido tenía, de alguna forma, el poder. 
Al igual que en la antiguedad cuando en muchas situaciones se hablaba de igualdad para el pueblo, esa igualdad solo incluía a los hombres como colectivo. 
Se podría decir que estas situaciones son parte del pasado, pero en nuestra sociedas y en muchas otras, el hombre y la mujer siguen viéndose distintos dentro de la igualdad. Es decir, a la mujer se le sigue viendo como la princesa, dulce, sumisa, delicada, dependiente, objeto, etc, y al hombre como al héroe, rebelde, autónomo, dominante, sujeto y fuerte, Estas miles de palabras que siguen definiendo a cada género, es lo que hace que en muchas ocasiones hayan diferencias entre ámbos géneros y, por lo tanto, se le da más pestriggio a uno que al otro.
Un claro ejemplo de la actualidad que ocurrío en Los JJOO, fue que, cuando una mujer ganó la medalla de oro en bámbinton, se le dío más prestigio al entrenador que a la propia atleta.
Otro claro ejemplo está en los trabajos que tienen mucho "poder". Los grandes cargos que las más prestigiosas empresas los ocupan, en su gran mayoría, hombres. En españa un 69% de los hombres ocupan cargos de gerencia.
Ante este hecho, no quiere decir que las epresas sean machistas y estén en contra de la mujer, etc, sino que la sociedad en general sigue teniendo esa visión delicada de las mujeres y fuerte de los hombres, y este hecho es lo que hace que un hombre tenga más fácil conseguir unos objetivos. Esto es a lo que se le llama micromachismos.
Lo que se pide celebrando este día, que ojala algún día se deje de celebrar porque querrá decir que ya no hace falta, es que hayan las mismas condiciones tanto para un género como para otro. Por suerte la sociedad ha ido cambiando y evolucionando, y la mujer hace ya bastantes décadas que puede estar en cualquier tipo de trabajo, pero aún están esos pequeños micromachismos que tienen que desaparecer.
De cada 100 mujeres hay 54 trabajando y son unos datos que son positivos respecto a los años 70, pero que aún podemos y debemos mejorarlos. Esto cargo depende, no solo de las empresas y las mujeres, sino de todos en conjunto. Simplemente con cambiar la imagen de un género y otro, ñla sociedad mejoraria un poco más.





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